sábado, 14 de junio de 2008

Valle de las tinieblas


Y sin poder volar quedo, ya son polvos se sentía... caída, derrotada y poco a poco aquello con lo que la vanidad hablaba perdía cada vez mas rápido la vida.

La cara iba perdiendo esta pobre hada, y con cada gota de rocío, esta se sentía cada vez mas amargada.


Pero había sido ella quien se sentó en aquella hoja de desamor ¿Quién mas que ella decidió tirar su polvo por alguna libertad la cuál nunca llego?


Y al final caería derrotada su descición, ya que algo tan fragil como un hada, no podría aguantar ni un minuto más alguna otra perdida como la que sufrió


Su vientre pedía a gritos lo perdido y sin lagrimas quedaba ella después de lo sucedido

Historias de humo.

Abrí aquel pequeño baúl color caoba que tenía en mi cuarto, saque poco a poco aquella navaja, mi amiga fiel, aquel cuchillo que me servía de bisturí, poco a poco se fue acercando a mi piel, la sangre resbalaba por mis muñecas y el dolor... aquel dolor que uno no puede describir conscientemente me daba sensación de poder, era cada vez mas controlable, a cada instante el dolor emocional desaparecía, mi mente había empezado a olvidar y lentamente aquel dolor físico aumentaba, me iba sumiendo en el dolor, dolor causado por mi propia mutilación, por aquel daño autorizado.

La sangre fluía cada vez mas, las lágrimas regresaban a mi, sin embargo ya no lo hacían por mi pequeño si no por aquel dolor que se volvía cada vez mas insoportable. Separe aquel mutilador de mi cuerpo; la paz reinaba de nuevo.

Una llamada por teléfono, era su padre, aquella parte de mi, parte de aquello que acababa de perder; sus palabras vagas invadían mi mente con cada estrofa percibida. Decía que me amaba, pero que yo había sido la culpable de haber perdido a nuestro hijo. ¿Acaso ese fatídico accidente que marcó mi vida, aquel carro conducido por ese borracho, había sido inducido por mi?. Recordaba aquel accidente, aquel golpe a mi costado, aquella luz cegadora y nada más, mi mente se vaciaba en ese momento.

La luz regreso, pero era diferente, ya no era la de un automóvil si no la de las luces de un hospital, los doctores me habían salvado, sin embargo no lo habían conseguido con él, no habían podido salvar a mi pequeñín de 4 meses.

El dolor regreso a mi conciencia; más palabras vagas, ¿Qué acaso no podía perdonarme? pero, en realidad... ¿De que tendría que hacerlo?, la culpable no había sido yo, por consiguiente no tenía yo que ser la pagana de esto; los gritos salieron de mi boca, ya no quería escucharlo más; lo ultimo que quedaba de aquellos lazos se habían perdido ya, no había nada mas, el amor y el producto de este se había perdido para siempre.

Colgué el teléfono, ya no podría soportarlo; ¿Para qué vivir? familia ya no tenía, la había perdido esa misma tarde... Todo lo que puede hacer una firma en una hoja de papel, ¿Quién había dicho que esta podría marcar algún termino final?

Ya no lo extrañaba, me había hecho mucho daño, no sabía como había durado tanto tiempo con él, 5 años aproximadamente... todo había sido el para mi, mi vida, mi amor, mi esposo, sin embargo por alguna extraña razón, ya no lo extrañaba.

Me asomé por la ventana, la luna se asomaba brillante y vigilante, siempre observandome, pero quería decirme algo, su forma, su color ¿Acaso me estaba sumiendo ya en la locura?

Divise de pronto una estrella pequeña, tintineante, era de color dorado, ¡era ella quién me hablaba! la paz que surgía en ella era muy diferente a la de mi amiga punzante ¿Sería ella acaso mi vida perdida? tan diminuta e inocente, protegiéndome de el daño de mi maldición, me protegía de mi misma ya que era yo quien mas daño me hacía, ella me ayudaría a sobrellevar lo perdido, siempre estaría con migo...
Aquel dolor punzante regreso a mi de pronto y ya no era mi muñeca y de eso estaba segura, un zumbido en mis oídos tan diferente a cualquier otro. La sangre se me congelaba poco a poco, era un fío indescriptible y lo peor del caso parecía que tenía fiebre...¡Sentía fiebre! y el dolor regresó, más fuerte que cualquier otro.

Quería que parara, necesitaba seriamente que parara, era algo que no podía soportar, me doblaba y no sabía donde cubrir, sentía que la médula ósea se me quebraba, a la vez mil cuchillos se clavaban sobre mi pelvis y sentía también un gran timbre en mi cabeza... a cada momento más agudo, mas penetrante y doloroso.

Y así como llegó la pesadilla acabo, mis ojos blancos ahora, mi cabello rojizo y rizado descansaba ya en el suelo de mi habitación, mi mano cortada reposaba sobre mi vientre y mi boca sangrante debido a una mordida accidental.

La tragedia había ya finalizado ya regresaría con el ... o ella quien sabe. La luz al fin se había apagado, La pequeña estrellita me había llamado.

miércoles, 11 de junio de 2008

welcome

Este es mi espacio, lugar donde escribiré, y transcribiré algunos escritos que tenga por ahí guardados...
así que cualquier critica me serviría de mucho xD